lunes, 16 de febrero de 2015

UN ARTISTA DEL HAMBRE (FRANZ KAFKA; 1922-1924)

COMENTARIO CRÍTICO DE UN RELATO CORTO:

(Un artista del hambre)

     El texto que se me propone para su análisis literario y crítico es el relato del escritor checoslovaco Franz Kafka, Un artista del hambre, que escribió en 1922 pero fue publicado en 1924 (después de su muerte).
El cuento narra los últimos momentos de vida de un artista dedicado profesionalmente al ayuno. El protagonista trabaja en un circo, dentro de una jaula, a través de la cual los visitantes del circo lo contemplan. Estos últimos tiempos del artista son de decadencia, pues el público prácticamente lo ignora. Finalmente muere.
Este resumen del relato es meramente descriptivo, pues todo lo que Kafka explica y deja ver en cada uno de los párrafos de Un artista del hambre tiene un trasfondo y un simbolismo mucho mayor.
     
     Franz Kafka, de origen judío, nacido en Praga en 1883 y considerado uno de los más influyentes escritores de la literatura universal, a pesar de haber escrito tres novelas (El proceso, El castillo y El desaparecido), se dedica fundamentalmente a la elaboración de relatos cortos. Su obra más conocida y aclamada por la crítica es La Metamorfosis (publicada en 1915), en la que expresa de un modo más obvio el subtexto siempre frecuente en su literatura del sujeto absurdo, confundido y atrapado por la sociedad.
Es importante, para el desarrollo de este análisis textual de la obra de Franz Kafka, conocer el término kafkiano, que se bautizó así posteriormente a lo referido por el autor en cuanto a elementos no corrientes en un espacio que sí es corriente, un juego entre lo cotidiano y lo no cotidiano de una forma que resulta inquietante. Algo que rompe nuestras presuposiciones.
En sus relatos, Kafka trata de subrayar la estructura de un sistema social que oprime a un pueblo que no se percata de ello, mostrándonos en sus textos lo que nos cuesta ver normalmente. Mediante su prosa consigue hacer verosímil (incluso cotidiano) lo absurdo, restándole importancia al contenido y procurando que mediante la narración se le dé todo ese sentido “lógico” a lo aparentemente absurdo del texto.
Esto sucede en muchos relatos de Kafka: un hombre sufre algún tipo de metamorfosis o algo, aunque no sea personificado, cambia.
La Europa de Kafka y la de los años posteriores no se caracterizó precisamente por su sensibilidad ni por su afán intelectual y de conocimiento (nos encontramos en la etapa de las dos guerras mundiales). Kafka, que vivió la I Guerra Mundial, expresó esta falta de sensibilidad en su obra.
     
     En el relato que comentamos, el artista del hambre fue uno de los mejores, un gran maestro en el arte del ayuno; ahora (en la realidad del relato), el interés por esto se ha reducido hasta el punto de que nadie se interesa por nuestro protagonista.
En Un artista del hambre, al igual que en la casi totalidad de la obra kafkiana, el autor consigue que nos preocupamos por el discurso y nos olvidamos del fondo. En este relato existe un artista que se dedica profesionalmente a ayunar, cosa impensable (en La metamorfosis el protagonista es un insecto; en Informe para la academia el protagonista era un mono que se transformó en hombre, etc.). Nos preocupamos por el discurso, es lo que interesa, el modo en que Kafka describe y analiza cada uno de los comportamientos y situaciones surgidas de ese algo absurdo.
     Centrándonos en el relato que comentamos, es importante destacar el subtexto y metatexto que se repite y configura el trasfondo general de la historia que se nos narra.
Esta obra se compone a partir de varios significados que el autor procura que se interpreten con ayuda del lector. Por tanto, es importante comentar el título que, si bien pertenece a la periferia del texto, constituye una clave para analizar la concepción de arte. Encontramos la imagen del artista, que se configurará temáticamente en el relato. Asociado a esta figura, aparece la idea de "hambre" cuyo campo semántico está constituido por los conceptos de escasez, necesidad, deseo, carencia. En la combinación de estos dos significados se perfilará un nuevo ideal de arte, que explica detalladamente Kafka en el relato.
En cuanto al personaje protagonista del relato, el artista del hambre: se nos presenta con una peculiaridad: es, simultáneamente, creador y creación artística. En la figura de este ayunador como creación podemos ver dos características que conviven: la pasión del artista que puede despertar pasión en el espectador y la apariencia determinada por esa fuerza interior del artista. La ruptura con esto se producirá cuando la emoción del artista no sea comprendida por los receptores.
     
     En cuanto a aspectos formales del relato, podemos reconocer a un tipo de narrador en omnisciente en tercera persona, que nos narra los sucesos que acontecen a este artista del hambre en su etapa de decadencia, haciendo apuntes de su pasado y adentrándose en la mente del mismo.
Refiriendo a la ley de máximos semánticos, podemos decir que este texto es del tipo ficción verosímil, pues se nos narran unos hechos ficticios sobre un personaje que no existió realmente, aunque podría haber existido de manera más o menos lógica dentro de nuestra realidad (no es fantasía).
En cuanto a la estructura, este obra no presenta la composición típica introducción-nudo-desenlace, no pertenece al esquema clásico planteado por Aristóteles en su Poética. Podemos hablar de una disposición lineal en el texto, pues los elementos van siendo expuestos uno tras otro por el narrador hasta la conclusión, en la que se desvela el fin último del ayuno del artista (no le gustaba ningún tipo de comida y no le quedó otra que pasar hambre). Existe una introducción acerca del protagonista y la supuesta historia de los artistas del hambre, pero no hay un esquema estructural marcado; no hay clímax, no hay giros en la trama, etc.
    
     Finalmente, como conclusión, considero que el valor de leer la obra de Franz Kafka se asienta en la creencia, actualmente al igual que en su época, de que nuestra sociedad ha progresado, pero el texto nos plantea la disyuntiva de poder pensar por nosotros mismos si ese progreso es real o si todo cambia para que todo sigua igual.

      
Dailos Cabrera Castro

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